¡Muy buenas, cónyuge de la aventura!
Si me sigues desde hace bastante tiempo quizás te hayas pasado por mi antiguo blog alguna que otra vez, y quizás recuerdes una entrada que le dediqué a la película de Wonder Woman (que espero rescatar y resubir aquí), con sus escasos pros y sus muchos contras.
Pues bien, hace unas semanas decidí ver Wonder Woman 1984 y he comprobado que la cosa no mejora. ¡Aún así tengo la esperanza de que lo haga en la próxima película (si la hay)! Porque Diana me parece un personaje demasiado icónico como para que la traten así.
Esto no será exactamente una reseña, sino más bien un análisis de bar; uno de esos en los que tú y yo quedamos a tomar algo mientras te cuento lo que me ha parecido la película y por qué creo que los guionistas no tienen nada claro qué hacer con Diana ni todo lo que debería implicar criarse en una sociedad matriarcal semi-inmortal.
¿Quieres saber más? Sigue leyendo.
Empecemos por Cheetah

Cheetah es la nueva incorporación al plantel del universo cinematográfico de DC. No sé si volverá a aparecer en él, pero han perdido una oportunidad de oro con ella. La relación entre ella y Diana, algo que podría dar muchísima chicha a la película e intensificar el conflicto, está totalmente desaprovechada. Habría estado bien ver más acercamiento entre ellas y no una tarde de bar y un par de escenas en el trabajo que no aportan nada a su relación, podría ser una compañera cualquiera a la que le pide un favor y no un personaje principal.
No voy a entrar en la importancia que le dan en esta película a ser sexy y saber caminar en tacones (que es más que la importancia que le dan a la relación entre la heroína y la antagonista y me parece fuera de lugar), sino en lo inquietante que resulta que la máxima aspiración de Minerva sea parecerse a alguien que acaba de conocer. ¿De verdad ese es su mayor deseo? ¿Tan vacío está este personaje? Nos dicen que es muy buena, muy espontanea y muy humana, pero no tenemos muchas ocasiones de verlo; en su lugar nos presentan a alguien socialmente torpe y que sí, vale, se preocupa por los demás porque le da de comer a su amigo vagabundo del parque, ok. Si es tan espontanea, ¿no habría sido mejor usar ese rasgo para ganarse la amistad de Diana y ayudarla a salir de su burbuja de melancolía (de la que hablaré más tarde). Imaginad el conflicto, la fuerza que tomaría si estas dos hubiesen llegado a ser amigas… o algo más.
Diana, amiga, supéralo
Esta película vuelve a estancar al personaje de Wonder Woman.
De nuevo, los guionistas priorizan al personaje de Steve y lo ponen como centro del mundo de Diana. Han pasado 40 años y no ha superado la muerte de ese señor con el que pasó… ¿qué? ¿un par de semanas? Sin embargo, la muerte de sus compañeras amazonas y de su tía (que prácticamente la crío y enseñó todo lo que sabe) parece llevarla bien; tanto que ni se acuerda de ellas en toda la película (vemos un flashback, pero nada nos indica que sean recuerdos suyos). ¡Así de importantes son los hombres, así nos marcan y, literalmente, nos quitan nuestro poder! Porque no solo tenía que aparecer, también tenía que incordiar.

Algo que sí está bien hecho respecto a Steve, es la adaptación al mundo moderno. Cosa que, por cierto, no hicieron tan bien con la heroína en su primera película. Viene de una isla sin tecnología, alejada de todo y gobernada por mujeres, pero que la manden callar en una sala llena de hombres, los barcos de vapor y las armas de fuego le parecen cosas super normales. Literalmente, lo que más la fascina es un niño; porque claro, es una mujer, tienen que gustarle los niños.
Volviendo al tema de Diana y su duelo de 40 años por la perdida de un señor al que a penas conocía, la premisa de que como Diosa o semi diosa/inmortal (dilo como quieras) la muerte sea algo que le cuesta afrontar porque no está acostumbrada a ella me parece razonable. No es capaz de afrontar las pérdidas y por eso tampoco quiere relacionarse con nadie y se muestra distante (complejo de Squall). Quiero pensar que se debe a eso y no a un enamoramiento. El problema es que SOLO se acuerda de él y esto, a parte de descartar mi planteamiento, estanca al personaje y lo vuelve dependiente. Sinceramente, no alcanzo a ver un cambio en ella a lo largo de dos películas ni me parece que su conflicto tenga fuerza para sostenerse y crear tensión suficiente.

Hablo de su conflicto interno, el del personaje, no el externo que nos muestra la película, la amenaza del villano (que no la de Cheetah). Ese señor me ha parecido el único coherente en toda la historia, a demás de parecerme un villano genial, a pesar de que hay cosas que no me acaban de convencer. Por ejemplo: si la piedra esa de los deseos es tan rara, ¿por qué la conoce? ¿de dónde sacó la información?
De nuevo, hay demasiadas cosas que no tienen sentido.
Y por supuesto, cómo olvidarnos: Diana siempre está perfecta y es lo que la gente que la rodea valora de ella (y lo bien que camina con tacones). Más que ser lista o fuerte. Si mencionan alguna otra cualidad, la belleza tiene que incluirse en el lote sí o sí.
Conclusiones
A mí modo de ver, DC podía haber optado porque Diana desease volver a ver a todos sus seres queridos. Podría haber entablado una amistad real con Cheetah , que como persona afable y sincera que es, se abriría paso hasta el corazón de la amazona y que, cuando se diese su cambio y decidiera lamerle el culo al villano (otra mujer dependiente de un hombre, vaya), a Diana se le partirse el alma, porque no quiere perder a nadie más. La lucha por salvar a Cheetah sería así mucho más significativa y exploraría mejor el (hipotético) miedo a la pérdida de Wonder Woman; un temor y debilidad que debe superar, dotando al personaje de muchos más matices, porque, sinceramente, me duele lo plana que es y que su kryptonita sea un puto piloto yanki.

Puntos positivos de la película: la historia de Asteria, el villano, ver a Gal Gadot y la escena post créditos.
Puntos negativos: todo lo demás.
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